Espero que lo disfruten!
La
estrecha relación que existe entre la capital del mundo y el whisky escocés va
más allá de la creación de algunos de sus cocteles más famosos. Desde 1850,
Nueva York fue considerada la principal ciudad en crear nuevas tendencias de
mezclas y coctelería. De hecho, los años que abarcan desde esta fecha hasta la
época de la prohibición (1919), fueron
considerados la era dorada del cocktail gracias a Harry Johnson, padre de la coctelería, quien publicó su
primer libro Manual de Bartender (1882), en tanto abrió varios bares en la
ciudad.
Las
principales bases en la creación de mezclas y cocteles en esta época eran los
whiskies escoceses, whiskies americanos de centeno (rye), Bourbons y Tennessee´s.
Con estos licores como bases, se crearon algunos de los cocktails clásicos más
importantes en la historia como Manhattan, Rob Roy, Old Fashioned y Whisky
Julep.
En
la actualidad, Nueva York sigue siendo
una ciudad importante como centro de creación de tendencias en diferentes
sectores, al igual que sigue siendo escogida por importantes marcas para
presentar por primera vez sus productos. En 2007, por ejemplo, Chivas Regal relanzó –después de casi un
siglo sin estar en el mercado— su versión 25 años. Para ello escogió la ciudad
que lo vio nacer en donde llegó a ser el
whisky más vendido en 1909. En el 2013, ‘la capital el mundo’ también fue
escogida por Chivas Regal 18 años para presentar una edición especial, en
alianza con la muy importante firma automotriz: Pininfarina.
A
finales del año pasado, tuve la oportunidad de sentarme con calma en la barra del
bar del hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Allí probé uno de los mejores
Manhattan de mi vida. Conversando con
un fantástico bartender, no pude dejar
de preguntarle por algunas de estas clásicas bebidas, que están llenas de
historias y falsos mitos de cómo fueron creados. Relatos que seguramente usted
ha escuchado, relacionados con personajes como Wiston Churchill, James Bond y Rockefeller,
que en realidad no tienen nada que ver con la creación de estas mezclas.
Fue
disfrutando de este Manhattan que se me ocurrió compartir con ustedes, en esta
ocasión, la nueva tendencia en mezclas de bebidas de alcohol Premium: la
coctelería vintage, es decir, volver a los clásicos que se tomaban a finales
del siglo XIX. En Nueva York, una ciudad que impone tendencias, se toman los
mejores Manhattan y Old Fashioned. Sin embargo, quiero compartir con ustedes algunos
trucos de cómo los deben pedir, dónde los pueden probar, o si es mas arriesgado,
cómo prepararlos.
Manhattan
A
finales del siglo XIX, los consumidores
de Nueva York se encontraban en la búsqueda de una bebida igualmente masculina
como los Dry Martini, pero quizá con un poco más de suavidad y menor graduación
alcohólica. La respuesta se le atribuye al bartender del Club Manhattan
alrededor de 1870. Era una fórmula muy sencilla y elegante que comparto a
continuación: En una coctelera o vaso mezclador agregue
1 ½ onzas de rie whiskey (se reemplaza por
Bourbon en la actualidad), ½ onza de Vermouth
rojo y 2 dashes de gotas bitter de Angostura. Luego se mezcla con hielo, y se
sirve filtrándolo en una copa coctel. Se decora con una cereza Marrasquino en
el fondo. Recomiendo probarlo en Horacio Barbato en Usaquén.
Rob Roy
La
historia de esta mezcla se aleja unas cuadras del Club Manhattan y nos lleva al
bar del hotel Waldorf Astoria. Es la
misma receta del Manhattan, pero para los habitantes de Nueva York que eran
amantes del Scotch, se reemplaza el Bourbon o el whiskey de centeno por Scotch.
Fue presentado por primera vez en 1894, y fue bautizado con este nombre gracias
a una opereta de moda en esa época, que se basaba en la historia de un famoso
héroe de leyenda escocés llamado Robert Roy MacGregor. A veces lo decoran con
una cereza Marraschino sin su líquido. Una recomendación: utilice un whisky
escocés poco ahumado con sensación frutal y elegancia, como Chivas Regal 12
años.
Whisky Julep
Alrededor
de 1793 y 1803 la manera de consumir distintos tipos de bebidas alcohólicas en Estados
Unidos, llegó de Inglaterra. Asimismo aparecieron los famosos Punch. Se trataba
de mezclas de cítricos (muy preciados en
la época y difíciles de conseguir) agua, especias y azúcar. Sin embargo, en el
Nuevo Mundo, había mucho trabajo por hacer y las largas preparaciones de los
Punch no iban de acuerdo con el nuevo y agitado estilo de vida. Aunque los
primeros Julep aparecieron en Londres, fue en el sur de Estados Unidos,
principalmente en Kentucky, en donde se incorporó el uso de whiskey como base
de su mezcla. Posteriormente, fue durante los calurosos veranos de Nueva York
que los Julep se pusieron de moda. Esta es la receta: ponga en un vaso alto o
en un vaso metálico, dos cucharaditas de azúcar blanca fina y agregue ½ onza de
soda o agua para disolver. Agregue 6 hojas de hierbabuena fresca y macere
suavemente. Luego, llene el vaso con hielo triturado hasta el borde y agregue 3
onzas de whiskey (no se imagina como queda con Jameson Irish). Agite con un
mezclador y decore con 1 o 2 ramas de hierbabuena. Otra opción es agregarle un
splash de soda. Este coctel es perfecto para una tarde de sol o al frente del
mar. Aunque no está en el menú, acérquese a la barra de La Brasserie. José, el
bartender, le preparará uno inolvidable.
Old Fashioned
De
todos los cocteles que he mencionado este definitivamente es mi favorito. También
conocido como Old Cocktail, en algunos documentos americanos el término
“cocktail” hace referencia a una mezcla de whiskey de centeno, gotas amargas de
angosura, agua y azúcar. Y esto es básicamente de lo que se trata un Old
Fashioned. En el viejo libro del bar del Waldorf, le dan el crédito de su
creación al coronel James Pepper. Para su preparación, tome un vaso rocas o
vaso corto y ponga en el fondo un cubo o terrón de azúcar blanca –se que no son
tan fáciles de conseguir por eso puede reemplazarlo agregando dos cucharaditas—.
Moje el azúcar con 3 gotas de angostura y agregue 1 splash de soda, apenas para
cubrir el azúcar y las gotas. Mezcle bien estos ingredientes con un macerador. Agregue
en el vaso 2 onzas de whiskey y dos cubos grandes de hielo. Para terminar, corte un twist de naranja, dóblelo por la
mitad para extraer sus aceites, aromatice y póngalo adentro. Es opcional
decorar con media rodaja de naranja y una cereza marrasquino. No dude en
pedírselo directamente a Wilson, el bartender del restaurante Matiz.